María Victoria Maleville es maestra jardinera e instructora de gimnasia. Su pasión e interés por el cuerpo la llevaron a explorar diferentes actividades vinculadas a las artes escénicas, la voz, la expresión corporal, la danza.
Pero fue a través del Método Feldenkrais® que encontró la herramienta definitiva para comprender muchas cuestiones que resonaban en ella desde siempre.
Con la mirada puesta en el movimiento asociado a la salud, a los 44 años Victoria conoció, gracias a su suegra –que en ese entonces tenía 80 años y hoy cuenta 93-, esta técnica ideada por el Dr. Moshe Feldenkrais, quien desarrolló múltiples “patrones de movimientos” de forma que cualquier persona pudiera descubrir, comprender y optimizar el funcionamiento de su propio cuerpo.
Así, empezó a investigar y pudo acceder a la formación en esta técnica en San Pablo, Brasil, con uno de los discípulos del propio Feldenkrais.
De esta manera, se sumergió en esta práctica, que explora los movimientos corporales partiendo de las acciones físicas que llevan adelante los bebés hasta llegar a mantenerse en un equilibrio dinámico.
A través de la autoexploración, se pueden empezar a diferenciar, entonces, las partes del cuerpo: pelvis, vértebras de la columna, omóplatos, brazos, piernas; se investigan las diversas conexiones internas entre dichas partes (cómo se relaciona la cabeza con la pelvis, los brazos con el cuello, las caderas con la columna); y se exploran las combinaciones posibles.
En consecuencia, una vez que una persona conoce “cómo” funciona su cuerpo, puede moverse de una forma más fluida, sin tensión ni dolor, y decidir qué hacer de forma más cómoda y eficaz.
Conexiones neuronales
El precursor del método fue una persona profundamente interesada en el desarrollo del potencial del ser humano, en el funcionamiento del cerebro y en su capacidad para seguir aprendiendo y crear nuevas conexiones neuronales, lo que se conoce como neuroplasticidad.
Basándose en sus profundos conocimientos científicos creó un sistema de “Aprendizaje a través del Movimiento” con el fin de generar cambios en la propia organización del cerebro y mejorar el funcionamiento integral del ser humano.
Estos patrones fueron diseñados para incidir, específicamente, sobre la corteza motriz ya que, a nivel neurológico un cambio en la corteza motriz tiene efectos paralelos sobre el pensamiento y el sentimiento.
“Quiero que las personas aprendan a conectar el cuerpo como una herramienta para modificar las emociones y pensamientos. La cabeza a veces nos juega malas pasadas, mientras que el cuerpo siempre nos dice la verdad, es fiel, transparente; podemos conocer nuestras rigidices mentales a través de él”, reseñó Victoria.
Muchas de las clases están diseñadas para que, mediante una exploración lúdica del movimiento, sin miedo a la equivocación y sin fijar un objetivo al que “tener que llegar”, se pueda recordar cómo el sujeto aprendió a moverse cuando era bebé: levantar la cabeza, rodar, sentarnos, gatear, andar. Esta forma de “Aprender a través del Movimiento” permite al cerebro recuperar posibilidades de movimiento olvidadas y despertar recursos latentes dormidos en el interior.
En este sistema de enseñanza, no existe modelo a imitar, nadie muestra cómo uno ha de moverse. No hay un profesor que sabe y un alumno que tiene que aprender de éste. El facilitador es quien, mediante pautas y sugerencias verbales, facilita que cada uno aprenda por sí mismo y acerca de sí mismo. Se proporciona un espacio en el que cada persona pueda aprender a su propio ritmo, según sus propias posibilidades, sin prisa y sin tener que adecuarse al ritmo de los demás, sin juicio sobre lo “correcto” y sin miedo a equivocarse. Además, se trata de una práctica respetuosa con la persona y sin modelo a imitar, que pueda desarrollarse en cualquier momento de la vida.
Modalidades de trabajo
Grupales: Las clases son guiadas verbalmente, para permitir el desarrollo individual, con un ritmo suave, realizando pausas, sintiendo el tono muscular y los puntos de apoyo, escaneando todo el tiempo la respiración y las sensaciones que va provocando cada movimiento, permitiendo gradualmente una mayor flexibilidad y espontaneidad, creando nuevas posibilidades de acción, todo esto a través de un trabajo consciente, con la atención dirigida, y un momento lúdico y amoroso.
Individuales: Estas clases se pueden realizar en el suelo o sobre una camilla, donde el profesional es el que realiza los movimientos con toques suaves no invasivos, respetando y observando detenidamente como va a guiar a la persona en su proceso de organización somática, brindándole un momento placentero, recreando patrones de movimiento que con la práctica, generaran nuevas conexiones neuronales y una mejor comprensión de cómo utilizarse de una manera saludable y funcional.
Asimismo, Victoria imparte clases online en horarios fijos y a demanda, y el 7 de noviembre iniciará un taller de cuatro encuentros –los sábados de 10 a 12- llamado “Holograma de tu ser”, de forma virtual
Profesional: María Victoria Malleville.
Celular: 249 154 687017
Mail: mvmalleville@gmail.com
Facebook: “Destellos de Autoconciencia”
Instagram: @DestellosdeAutoconciencia
Programa en plataforma Hotmart: Destellos de Autoconciencia
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