El kit tecnológico permite detectar obstáculos tanto a nivel de la cintura para abajo como hacia arriba, hasta la altura de la cara ya que el sensor incorporado a los anteojos permite reconocer la presencia de obstáculos en altura, como aleros, techos y hasta ramas de árboles, informaron desde la UNLP.
El sensor del bastón no sólo reconoce objetos a media y baja altura, sino que además cuenta con la capacidad de detectar humedad y advertir sobre la la presencia de charcos y pisos mojados, que podrían significar un riesgo para la movilidad.
Son dispositivos electrónicos que se llevan sobre, debajo o incluido en la ropa y accesorios.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en 2010 el número personas con alguna discapacidad visual promediaba los 285 millones, de las cuales 39 millones son ciegas y 246 millones presentan baja visión.
El 90% de las personas con esta discapacidad proviene de países subdesarrollados, con escasa posibilidad de acceso a servicios de prevención, reducción, tratamiento y rehabilitación.
El desarrollo en la Facultad de Informática platense funciona de modo tal que al detectar un obstáculo emite una alerta sonoro y una vibración, que puede manifestarse en el mismo bastón o en el teléfono celular mediante una aplicación móvil conectada vía Bluetooth.
El software, que está en proceso de desarrollo, es un complemento que genera la comunicación bidireccional entre el dispositivo móvil y el bastón permitiendo configurar algunos parámetros, como la función de habilitar el sonido/vibración/mensajes de alarma o conocer el nivel de la batería.
En cada una de las etapas de testeo participan tres estudiantes ciegos que cursan en la Facultad de Informática: Maximiliano Vázquez, Tomás Falco y Walter Mendoza, quienes analizan la funcionalidad del bastón y los anteojos, chequean sus diseños, validan su ergonomía y evalúan el impacto.
En paralelo, los tesistas de Informática Paula Altoaguirre y Rodrigo Torales se encargan del desarrollo del software móvil y su comunicación y gestión del kit, mientras que el ingeniero Emiliano Albarracín colabora en la electrónica de los dispositivos con el análisis de las placas micro-controladoras, sensores y elementos necesarios para el armado del dispositivo y accesorios.
“Los avances tecnológicos respecto a Internet de las Cosas, como la tecnología ‘wearable’ (vestible) y móvil, se encuentran cada vez más a disposición, por lo que se puede aprovechar para mejorar la calidad de vida de las personas, y más aún de aquellas con problemas visuales y ceguera”, explicó Ivana Harari, coordinadora del proyecto.
“Este kit es parte de una tecnología que permite la interacción de forma continua con el usuario, sensando su entorno y actuando en función de ello”, agregó.
También posibilita una comunicación entre los mismos dispositivos y “su interacción con una aplicación móvil que incluye una interfaz adaptada, simple y accesible para poder gestionar estos dispositivos y configurarlos en forma autónoma”, indicó Harari.
El Eco
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